Escribí este texto después de varias relecturas de Hannah Arendt, las ideas son bastante justas, no siempre muy claras, pero prefiero que sea así. Poco a poco iré afinando una nueva visión de lo que aportó al pensamiento intelectual contemporáneo. Me interesa sobre todo su manera de comprender el pensar, que es comprender, y su relación con el idioma...
Dos nuevas publicaciones sobre Hannah
Arendt cuando se cumplen 30 años de su muerte.
Después de su muerte, hace 30 años, no se
ha cesado de hablar de la obra y la vida de Hannah Arendt. De su obra como
filósofa, porque planteó el problema político como el centro de la reflexión
sobre la libertad individual, y de su vida, por su conocida relación con el
filósofo alemán Martín Heidegger. La libertad según Hannah Arendt tiene que ver
con el construir juntos, con el comienzo de una historia colectiva en la cual
cada individuo tiene un rol activo: el quién de la historia, decía ella. Un
problema que se planteaba desde el principio de su reflexión, ha sido el de
aceptar la pluralidad y poder suscribir pactos y compromisos universales. Su
análisis va desde la época clásica, la idea de ciudadano en la Polis griega, la
noción cristiana de libre arbitrio, hasta la más moderna, pasando por el
marxismo y la crítica que Arendt termina haciendo al concept de Estado-nación.
Ahora más que nunca en una severa crisis, a raíz del proyecto europeo que no
termina de consolidarse. La unión europea en plena crisis. Queoda idea de
soberanía termina anulando al individuo, es una idea de Arentd.
Para comprender un poco más la dimensión
filosófica de su trabajo se han publicado dos textos importantes en Francia. El
primero, es una especie de diario intelectual, una suerte de archivo portátil
que la acompañó entre 1950 y 1973 (Journal de pensée, vol 1 y 2, Seuil, 2005) y
el segundo, una biografía de la periodista Laura Adler (Dans les pas de Hannah
Arendt, Gallimard 2005), que nos retrata la vida de autora desde una visión
personalizada. Su infancia en la ciudad de Hanovre, su encuentro con Heidegger
en la ciudad de Friburgo y la relación que surgió, el matrimonio con Heinrich
Blucher, sus exilios en Francia y los Estados Unidos, sin dejar de lado los
movimientos que se dieron en su pensamiento. El diario intelectual ayuda más
que nada a comprender cómo se va gestando su trabajo filosófico, las dudas y
las contradicciones. Arendt tomaba notas en griego, hebreo, latín o inglés en
bruto, o consignaba comentarios al margen. Por ejemplo, cuando subraya que las
leyes no deben protegernos de nosotros mismos: "Toda irrupción del
razonamiento moralizador que trasciende el concepto de injusticia perpetrado
contra un otro, constituye siempre una agresión contra la libertad". Por
supuesto, no se puede esperar más que una caja de herramientas del laboratorio
que era el pensamiento de Arendt, ninguna anécdota personal se inscribe en este
texto, ninguna confesión. La lealtad de Arendt hacia Heidegger siempre ha
permanecido en el secreto y ha sido una de las razones por las cuales su obra
ha estado por mucho tiempo en el silencio, sobre todo en Francia, país en el
cual vivió y donde desató el escándalo a raíz de la publicación de su libro
sobre el Holocausto, Eischamann en Jerusalen. En este libro trató de comprender
qué pudo haber sucedido para que algo tan espantoso como el Holocausto sucediese.
Hay una frase de Arendt clave en este aspecto, aquélla que dice: El idioma no
puede haberse vuelto loco. Para la filósofa que era, para poder seguir
pensando, era imprescindible llegar a comprender. Una de los análisis de Arendt
consiste en demostrar hasta qué punto la alienación y la estupidez que se
desprende, pueden llegar a causar tanto daño. En Francia se consideró que la
idea que ella desarrollaba en este libro era una banalización del mal y una de
las revistas más importantes, Le nouvel Observateur, tituló en el momento de su
aparición: ¿Hannah Arendt, es antisemita? El malentendido se ha disipado a raíz
de la reedición de sus obras, La condición del hombre moderno, publicada por
primera vez en Francia en 1958 y Los orígenes del totalitarismo, reeditada en
una versión mucho más completa por la editorial Gallimard (coll. Quarto, 2004).
La vida
de Hannah Arendt sin embargo sigue ligada a Heidegger, como discípula, pero
también como compañera. Nunca dejaron de verse, o escribirse y lo más impresionante
es que Heidegger muere poco tiempo de la desaparición de Hannah en diciembre de
1975. Por supuesto, la relación aparentemente nunca fue de igual a igual, pese
a que Arendt también tuvo una amistad intelectual muy próxima con dos filósofos
muy importantes, Karl Jaspers, quien dirigió su tesis sobre la noción de amor
en San Agustín, y con Walter Benjamin, quien se suicidó en Portbou (España),
poco antes de pasar la frontera para huir del nazismo. Arendt se refugió en los
Estados Unidos en 1941 y desde ahí ejerció todo su poder para difundir y sacar
de la sombra a la obra de Heidegger, sólo después ella empezará a tener una
importancia real en el mundo intelectual. Los
orígenes del totalitarismo, empezará a marcar su ascenso en el panorama
internacional. Su obra cobra mayor vigencia cuando lo político ha recuperado su
valor en la opinión, la doxa busca un apoyo sólido para la reflexión de
Arendt. Sus ideas no han envejecido, al contrario, están más vigentes que nunca
porque está en manos de los hombres y las mujeres la posibilidad del hacer y
construir para poder comenzar de nuevo. Como lo escribía ella en su texto ¿Qué
es la libertad? "Es porque el hombre es un comienzo que puede comenzar;
ser un hombre y ser libre son una sola y misma cosa. Dios ha creado al hombre
con la finalidad de comenzar: la libertad".
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