Este será un año marcado de retrocesos importantes en el plano de los derechos civiles y políticos que poseemos las mujeres. Los movimientos anti abolicionistas sobre el tema de la prostitución, han creado una polémica que lleva cola porque ha dejado al descubierto que las mujeres son el sector más vulnerable frente a esta "gran crisis" de etiqueta neoliberal. Pero también está la nueva ley del aborto en España, que lo suprime como derecho restringiendo el aborto legal a casos de "violación de la mujer y gran riesgo de salud "física o psíquica", lo que significa un retroceso radical para las mujeres en Europa, y en el mundo, porque, aquí, en Venezuela, en España o en Ecuador (ver post Ecuador en la mira), este es un acto simbólico, es una forma de amedrentar y hacernos invisibles como seres civiles. ¿Que otra cosa significa este gesto? Que la Iglesia Católica ha recuperado el poder político que había perdido en los últimos años, o en todo caso el prestigio, la posibilidad de pasar como consejera y de servir de patrón moral. El papa Francisco muy al estilo "súper star" es el "baño de seda" que se ha hecho la Iglesia para volver a intervenir en la política mundial, sobre todo en los países donde ha ejercido más poder. No por nada en los países protestantes las mujeres son más libres, y no es gratuito que sea en los países en los cuales la religión católica domina, donde los retrocesos y la parálisis social de la mujer es más notable: Francia ("la hija mayor de la Iglesia"), España, Ecuador, Perú, México, Colombia, veremos que pasa con Venezuela donde no se habla del tema del aborto. ¿Serán los revolucionarios capaces de darle la espalda a esta iglesia machista? Gran pregunta.
Este también ha sido el año de muchas publicaciones por parte de las mujeres, novelistas, premios nobeles, Alice Munro quien fue descrita como "la Chéjov canadiense", comparación ingrata porque evidencia que seguimos en un mundo donde la dominación masculina es más importante que nunca, y lo es porque las leyes del mercado solo consolidan los poderes de los fuertes, no los de las más débiles, que están siendo culpabilizadas (el aborto la punta de la espada), enajenadas por la escatología religiosa, que si bien en países de mayoría laica como Francia, había dejado de parecer una fuerza evidente, permanece en la memoria colectiva como estructura, como referencia, de ahí que se despierte con nuevos bríos.
En el plano cultural muchas mujeres, y poca visibilidad. En las listas de fin de año aparecen algunas, pero no en paridad, son una por diez hombres. No sorprende, pero más que eso, creo que si comprendemos qué sucede, podemos sentir menos frustración, crear nuevos espacios donde la palabra sea oída, tenga sentido y se legitime. Una de las formas más sencillas de neutralizar un discurso crítico es no prestarle atención, hacer como si no existiera. En el mundo cultural (iba a decir vegetal y animal!) sobreviven lo.as que manejan mejor un cierto criterio de imagen, la alimentan, la hacen visible y se doblegan con docilidad a las exigencias del mercado. Detrás de eso, hay toda una producción, una maquinaria que envía los productos con los mismos criterios que la economía de mercado. En realidad, la literatura, el cine, las artes plásticas, son un mercado y la economía neoliberal y sus gladiadores quieren echarle mano. Es además, una economía en crecimiento porque hay más posibilidades de crear consumidores. Últimamente algunas editoriales españolas hacen lanzamientos primero en los países de origen de los autores, esto porque saben que hay un mercado en ciernes y que el suyo está en crisis. España tiene por otro lado, con crisis y todo, una política cultural. Tienen el Instituto de cooperación que financia un número importante de proyectos culturales, pero también una industria editorial fuerte que se consolidó los años de la llamada "primavera española",. Y sobre, todo tienen un mercado en América Latina. Nosotros, con un crecimiento de 6- 8 por ciento anual, no tenemos política cultural, porque, ¿qué ha hecho el Ministerio de cultura hasta ahora, qué? La cultura está en manos de la iniciativa privada que tiene una visión folclórica, coloreada de su propio país. De ahí salen algunos productos más o menos eficaces.
Lecturas y hallazgos
La reelectura del Segundo sexo, de Simone de Beauvoir me ha hecho comprender mejor ciertas cosas. Ya lo había leído, pero no con la misma avidez que hoy en día, ni con tanta información. Comprendo muchas cosas que antes me parecían un poco abstractas, como bajo un velo, síntomas, de exclusión, de desarraigo, que ya había intuido en otros textos sobre psicoanálisis, pero nunca antes se me ha hecho más evidente esta frase de que "no somos mujeres si no que nos convertimos en mujeres", es decir, en excluidas, en prótesis, en silencios, en neurosis. Es importante entenderlo para atreverse a decir cosas, actuar, no dejar que te coloquen en el lugar de la víctima. No. Hay que afinar las intuiciones, darles forma. Todo lo dicho, me lleva a comprender que la ferocidad de los tiempos se traduce en una guerra entre géneros y no géneros, que todo el mundo quiere existir, pero nadie deja existir. Es el laberinto del Facebook, del Twitter, de los "selfies", el gesto de tomarse la foto uno.a mismo.a, inmortalizado por Obama en el homenaje a Mandela. Sin embargo, ha sido el año en el que discursos de viejos sabios como el Presidente de Uruguay, Pepe Mujica ha tenido eco, Venezuela mirada con menos escepticismo y sin la imagen maniquea empeñados en deformarla sin darles el derecho a la palabra. Después de haber estado en Venezuela, también yo he cambiado de manera de pensar, he relativizado muchas cosas, la obsesión de la imagen, la vergüenza de género, la vergüenza de la historia (tan ligada a la historia de mi Perú), de origen, de piel, etc… Me he mirado de otra manera, y he terminado por convencerme que los avances son sobre todo para nosotras mismas, que los conceptos de" fama y de éxito social", son parte de la lógica de adaptación y de abdicación personales. Nunca antes el mundo ha sido más pequeño y más fácil de contemplar, con sus pequeñeces, con sus lados heroicos.Solo podemos hacernos cargo de nosotras y actuar para que las las mujeres que nos siguen sean más libres, menos prisioneras de su destino. Escribir, gozar con ese gesto que puede llegar a ser realmente libre en el instante en que se revela como absoluto, completo.
La libertad es también la armonía entre el pensamiento y la acción, es cuando podemos actuar libremente, en función de un pensamiento libre, que nos sentimos más libres. No es idea mía, es idea de Simone Weil, suscribo.
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