sábado, 30 de noviembre de 2013

La prostitución no es el oficio más antiguo del mundo

Se acaba de aprobar en Francia una nueva ley que penaliza a los clientes que compran las prestaciones de una prostituta (en Suecia la ley es muy parecida, incluso más severa). Seamos claras, la prostitución no es un oficio, no es un trabajo cualquiera, aunque haya un pago a cambio, la prostitución es la legitimación de una forma de esclavitud vil: la pobreza. Durante el discurso de la Ministra de los derechos de la mujer, Najat Vallaud-Belkacen, ha habido vacío, vacío porque se toca un tema que tiene que ver con el poder, y el poder patriarcal que funciona como un monopolio y como en la época de la colonia. No hay forma de hacer que las mujeres se lean de otra manera porque muchas están "colonizadas" por una cultura enteramente masculina, de valores inventados por hombres, de sistemas de pensamiento creados por hombres. Elisabeth Badinter, una de las mujeres que se oponen a esta ley, ha reclamado que el "Estado no se puede instituir en la vida privada" (sic). ¿Es vida privada los miles de mujeres que se venden en la calle, y a quienes decimos comúnmente "mujer pública? Y hablando del cuerpo, ¿podemos considerarlo una mercancía, igual que un mueble, una casa que se compra dependiendo de los recursos del comprador, es decir el que tiene dinero se paga "putas de lujo", el que no, pues se aguanta, o viola a alguna mujer? Este es otro argumento que no podemos aceptar pero que muchas mujeres, incluso intelectuales, toleran: el que los hombres tienen más deseo sexual que las mujeres. Es una teoría que no cree que seamos  seres culturales (producto de una historia colectiva, etc), creativos, pensantes, si no que nos reduce al estado de "animales naturales". En esa biología natural el hombre es el depredador y la mujer pasiva, el hombre es emprendedor, agresivo, y la mujer, sedentaria, temerosa, o sea, todos los clichés que desde la noche de los tiempos domina en la historia.  Son paralizantes. Algunas feministas han tenido el valor de seguir adelante pese a todos los sarcasmos y los ataques de los que han sido víctimas, se dice de paso que penalizando al consumidor (porque se reduce a la mujer a un objeto comestible y desechable) se "victimiza a las mujeres", muchas entre ellas han pedido que "no las defiendan, que ellas saben hacerlo solas", un mensaje que quiere decir: a mí me gusta tener coitos treinta, o cien veces al día para ganar dinero, ¿por qué te metes en mi vida? Visto desde ese punto de vista, podrían tener razón, ¿dónde empieza en espacio público y el espacio privado? : pues ahí donde un acto (público porque es admitido) se convierte en delito, y se convierte en delito porque la prostituta no es una mujer que se levanta un día y dice, allez, voy a prostituirme y ganar plata, no. Las prostitutas (en su mayoría mujeres, y niños y niñas) son reclutadas, muchas a veces a la fuerza, por mafias de proxenetas, son golpeadas, amenazadas de muerte, sometidas a un sinfín de vejaciones, enseguida,  irrecuperables moral y síquicamente. El cuerpo no es un objeto es un ente completo. No hay separación entre cuerpo y mente. (Pienso ahora en El último cuerpo de Úrsula, ese libro que escribí pensando si hay derecho a auto mutilarse) es un todo, y tiene una existencia moral, la posesión física es una posesión moral. Me parece muy burgués abogar por una cuestión de principio sobre lo que debe y tiene que hacer el Estado en la vida de las ciudadanas, aunque muchas no se crean tales. Cuando se dice, que no se meta en la vida privada, se refiere obviamente a la vida privada de los hombres, se pide que se admita el derecho de pernada (que existía en la época del rey en Francia y que suena a carnicería), a acostarse con la mujer que el  soberano decidía. Estamos admitiendo que somos el ganado del rey, es terrible. La revolución francesa la hicieron la burguesía con el apoyo del pueblo, pero los valores burgueses se mantuvieron, solo hay algunas mujeres que se preocuparon por la condición de sus congéneres: Olympia de Gouges (http://es.wikipedia.org/wiki/Olympe_de_Gouges) fue una de las primeras en redactar una Declaración con los derechos de la mujer que debía ser parte importante de los avances de la revolución, pero, después de las guerras federalistas entre jacobinos y girondinos, fue condenada a la guillotina y olvidada tan pronto como desapareció. A veces, me pregunto si no hiciese sido necesaria una revolución hecha por mujeres en las que se estableciera sus derechos de manera autónoma, sin pasar por los "derechos del hombre"!

Otra idea que se me ha venido a la cabeza a raíz de esa opinión aparentemente inofensiva de que exista el "hombre depredador"(tipo Strauss Kahn) que anidaría en el imaginario colectivo de muchas mujeres como prototipo de hombre seductor (sic), es que hemos caído todos en esta mercadotecnia del sexo que lo coloca como una actividad suprema de existencia. Ser criaturas sexuadas, como lo pensó Freud, no significa que la parte genital sea nuestra distinción como especie, suena grueso y es tan floja la idea que da risa. La noción de sexualidad, tal y como la conocemos ahora, es más o menos reciente, según lo dice Michel Foucault en su Historia de la sexualidad, no caigamos en la propaganda. El sexo no define, es solo una parte del deseo, que es algo más complejo, más delicado. Y por eso las mujeres no podemos ser un medicamento, una cura, si no es en el intercambio, ahí si privado, entre dos personas (de otro sexo, o del mismo, poco importa) que aceptan entregar afecto, amor, deseo. No en una pareja ni en un club de intercambio, en cualquier otra forma que no sea la imitación de un mercado. El cinismo con que muchas personas han enfrentado el debate, tiene que ver con la aceptación de esa lógica del amor y el esclavo.a., de la ley del más fuerte, de la economía de los cuerpos.   O el capitalismo aplicado a los cuerpos (son las mujeres las más pobres, las más agobiadas por la crisis), o algo así. La prostitución, como el aborto, es un problema de salud publica. Y el Estado sí tiene que intervenir. Una nueva revolución es necesaria, de pensamiento, de costumbres. Prostituirse no es el oficio más antiguo del mundo, eso, solo se lo creen los que necesitan justificar su miedo a decir las cosas de frente, es el  mundo animal en el humano, es el dinero imponiendo su valor de intercambio.

lunes, 25 de noviembre de 2013

Día internacional de la eliminación de la violencia otra la mujer.

Estamos, en nuestros países, Perú, Venezuela, Chile o Ecuador (leer post sobre Ecuador en la mira) a mucha distancia de lo que serían avances importantes en lo que se refiere a los derechos de la mujer. Hay un problema nominativo que voy a tratar en otro post. La violencia contra la mujer, es considerado una violación de los" derechos del hombre" (sic), no es de los derechos humanos, es decir, de la humanidad como proyecto de vivir juntos, sino, del hombre. Me hizo gracia ver ese título en la web de las NU hoy, que se celebra el día internacional de la no violencia contra la mujer. Intuyo que la violencia contra la mujer es el resultado de una épica contemporánea: todos contra todas, si están siguen representando un peligro en el imaginario colectivo. No hay transformación sin revolución cultural, por ejemplo, que dejemos de llamar derechos del hombre a los de mujer, que dejemos de ser el Otro, o la Otra y que seamos protagonistas y no siempre intrusas, que seamos ejes también y no prótesis, personas enteras y no ciudadanas a medias. No solo madres, solo personas, como cualquier otro ser humano que no se inscriba obligatoriamente en la categoría femenina como algo definido. Dónde inscribimos a los transexuales, ¿sexo-diversos, como dicen aquí en Venezuela? Habría que hablar de sus derechos, pero empecemos por el que implica a la categoría más antigua y más relegada: la mujer. ¿Si nos convertimos en mujeres, no debemos convertir también en personas completas, con derecho a la palabra, a la opinión, con derecho a decidir si deseamos ser madres, cómo, cuándo? El derecho al aborto es un tema que no puede seguir siendo postergado. Hablamos del matrimonio para todos (parejas homosexuales) que es legítimo, pero nos olvidamos de lo esencial para ser una verdadera sociedad donde todos y todas tengamos un espacio, una presencia. Es un poco un fenómeno de moda, imitamos todo lo que cotiza en el mundo entero pero no vemos lo que sucede en nuestro país. La violencia contra las mujeres sigue siendo un tema tangible, violento. No solo en el Perú, en el mundo entero. El debate sobre el aborto, una urgencia. Hay muchas "maternidades no deseadas", producto de violaciones. Urge entonces el aborto terapéutico y, más adelante, una modificación del código penal.


miércoles, 20 de noviembre de 2013

tres mujeres muy beligerantes

ayer estuve pensando: quiero escribir algo sobre Martha Chávez (Fuerza 2011 Perú), María Corina Machado (MUD, Venezuela) y Marine Le Pen (Frente national, Francia), estas tres mujeres que tienen muchas cosas en común, son beligerantes, autoritarias, cerradas, inclementes. Las tres son líderes importantes de la extrema derecha en América Latina y en Europa, las tres sacan lo peor de las personas: desconfianza, celos, cólera, frustración. María Corina es también una especie de Sarah Palin (Tea Party), defiende valores tradicionales y hace de la propaganda neo-liberal una verdad objetiva. Es terrible la gente que cree que posee la verdad y hace de ella una cruzada, una inquisición, no dudan, y no hay diálogo posible. Es el caso de Martha Chávez en el Perú, una de las defensoras más virulentas de ex Presidente Alberto Fujimori, hace poco destituida de la presidencia de la comisión de los DDHH; que parecía un oximorón y una ofensa a una gran mayoría que siente que ella ha sido una de las responsables de las violaciones que se cometieron durante el gobierno de su líder. Pero más allá de lo factual, de las cosas que las desacreditan como dirigentes, Marine Le Pen tiene un discurso lleno de odio, nacionalista (donde se excluye a los extranjeros) y una visión de una Francia homogénea, blanca y católica, creo que hay una cosa en el lenguaje. Las tres son creyentes, y las tres tiene una visión  global del país en la cual hay una solución a todo: gobernar con intransigencia, despertar el sentimiento de venganza, manejar una imagen manquea de "usurpado-as" (alguien me quitó lo que me pertenece),  inventar chivos expiatorios, pero que en realidad son solo víctimas de un sistema económico depredador, el Horror económico del que hablaba Viviane Forrester. Hay, sí,  un lenguaje que las identifica, el lenguaje de la persecución, del miedo, de la clasificación neo-darwinista, ellas no ven personas sino estereotipos, una armada de personas que pueden dirigir. No ven un país sino una muchedumbre que les da miedo, porque en ella no ven rostros sino abstracciones. Todas ellas gritan, zanjan con frases llanas, utilizan el fogueo. Con todo este análisis quiero decir que la "esencia femenina" no existe, son más bien una introyección de la autoridad masculina, su remedo y su exacerbación. No es que la "esencia masculina" sea totalitaria, lo es porque es una locura darle tanto poder a un solo género; como me decía un amigo francés: si tan solo diésemos un siglo de gobierno a mujeres y hombre por igual, tal vez no saldrían criaturas tan extrañas como estas tres mujeres que no representan ningún valor democrático, no creen en la igualdad de mujeres y hombres si no que se inscriben en un mundo homogéneo: esa selección natural que cree que solo los fuertes y las fuertes se imponen. Si esas son las figuras femeninas que sirven de modelo a las jóvenes que desean un lugar en el espacio público, es terrible, es la caricatura más avasalladora, la más mediocre también,  porque la mediocridad es siempre una frustración que evita pensar, acoger, observar… y esa, la lucha contra ese sentimiento mezquino, es una pelea constante.

Fotos: María Corina, Martha Chávez y Marine Le Pen.


lunes, 11 de noviembre de 2013

Apuntes sobre Lima, los lazos sociales

El regreso es cada vez más duro, arrancarse a un mundo entero, una serie de significantes: familia, amistades, idioma, geografía. Han habido momentos de verdadero diálogo, de verdadero encuentro, efímeros y a veces, melancólicos porque sabía que no durarían. Al irme, dejaba a mi madre sola, a una tía sola, a mis hermanas solas, no podía evitar avanzar sobre mis pasos. Siento que en las sociedades ultra liberales las mujeres están todavía más solas. El capitalismo crea única forma de nexo social (se intercambian bienes materiales, representaciones sociales, nunca n función de valores afectivos, morales) destruye la capacidad de respuesta de las personas, o peor, las sume en una especie de hipnosis. No hay manera de generar recursos para defenderse y protegerse del poder depredador de ese mundo de brillo fatuo y lata. A veces una vida se reduce solo a unas cuantas marcas, hablo de marcas materiales, de ropa. etc. Vi en el avión la última película Woody Allen (blue Jasmine) sobre una mujer que vive encerrada en el mundo de las apariencias, una crítica aguda de esta sociedad tan fría, tan inhumana. Tenemos que llegar a reformar ese placer efímero del cuerpo, a cambiar la forma de nuestro deseo. Tenía la impresión que la sociedad limeña puede llegar a ser un espejo impasible, inmóvil. De ahí la necesidad de movimientos, los sueños de evasión de mi madre, su no poder contar el tiempo. No hay continuidad histórica, todo el tiempo esta se rompe porque las mujeres no tenemos un lugar en la sociedad. Aunque esto incluye a una buena parte de la población que se ha quedado fuera. Hay entonces la obligación de mimetizarse con los valores dominantes, puesto que todo el mundo desea el poder, el dinero, como la única forma de visibilidad, todas y todos deseamos lo mismo. La que no tiene, hace como si, la que no lo posee, vive deseándolo.

¿Cómo cambiar esos paradigmas? No lo sé, es una tarea personal, difícil si no contamos con apoyos morales. Se me ocurre que una sociedad no vale porque es sea una economía sólida, sino moralmente sólida. Moralmente muchas veces quedamos muy por debajo de nuestras expectativas. Es terrible porque en el fondo nos damos cuenta. ¿A cuántas mujeres con talento se les cierran puertas por no saber adaptarse a esta selección natural?  Salió un mapa que decía en qué países las mujeres son más fáciles, el Perú estaba en segundo puesto (sic). Sonaba horrible, podría haber dicho, dónde están más sometidas y alienadas por la propaganda.

Regreso más convencida de que el Perú se está convirtiendo en un gran supermercado. Todo está la venta, todo el mundo goza con la idea de comprar, pero ¿para qué? Las amistades, ese regalo de la vida, los amores, los verdaderos intercambios no podremos comprarlos. Podemos vivir en dos metros cuadrados y ser ricas. Alejarse del cuerpo y tener un mundo interior. Abandonar el fetichismo de la belleza, contemplarla de manera pasiva. Al final, es tan efímera.

Una vez, un hombre joven se sorprendió de que usara falda. Las chicas más jóvenes no lo hacen. Parece que algunas se  absorben en la identidad dominante, la del hombre. Todas somos en parte hombres. Deseamos esa facilidad para tener un espacio en el mundo social, esa ligereza. Incluso el hecho de que las jóvenes peruanas (sobre todo en Lima) se nombren entre ellas con el vocativo "brother", "macho", expresión española... una serie de expresiones que muestran ese "no saber cómo hablar, a quién parecerse". No hay modelos dignos de ser imitados en nuestra sociedad. Los únicos modelos que tenemos son los de los políticos sin autoridad moral, los actores y actrices, los deportistas... los intelectuales cínicos, salvo algunas excepciones...
Cada vez que atravesaba esa capa de códigos sociales enquistados en el idioma, he podido ver el brillo interior que toda persona tiene, esa bondad del interior porque la hay, aunque la tengamos perdida en un rincón, esperando salir.

He visto el hermoso mar de Lima, sus colores, la luna durante una caminata con mis amigas, he visto, el rostro de un joven, hermoso y prometedor, como sus frases, y todo eso ha sido efímero, veloz. Y sin embargo, Lima, está aquí, a un paso, la siento y es como si jamás me hubiese ido.  La distancia que tengo desde aquí me permite ver estas cosas que desde la cercanía me parecen completamente banales, pero no lo son, encierran gritos, protestas silenciadas que irán marcando surcos, caminos, casi, estoy segura.

Ese bienestar aparente tendrá que dejar paso a uno real, mujeres que irán marcando sus rutas, solas. No creo que sea irreversible.

Instalarse en una visión generosa de la vida. No es dimisión, es acción lenta.



domingo, 3 de noviembre de 2013

Los evangelios, siempre los evangelios

Fui a ver El evangelio de la carne, película peruana de Eduardo Mendoza Echave,   había escuchado comentarios opuestos, radicales y me intrigaba. Al ver la película entiendo que hay más una necesidad de "documentar", de llenar espacios en blanco en la historia de nuestro país, para que no sea cada vez más tirana y absoluta, pero que esta tentativa termina haciendo justamente lo contrario. Hay en esta película una mirada que es lejana, no hay mirada en realidad, porque tiene problemas para hacer una síntesis de la situación social que se vive en el Perú, todo está pintado en el mismo tono. Hay también un fetichismo que empezó con la comida como identidad, enseguida como mercancía, ahora en una visión casi totalitaria del país. ES casi una salida fácil, encontrar en ese fragmento de historia el hilo conductor de todo un grupo humano más diverso. Es como un exotismo voluntario y desde el mismo país (toda persona de origen extranjero, tiene una visión neo colonial), la escena de las chicas bailando era como una enorme fresa temblando encima de un montón de mieles, de turrones de doña pepa, no sé, lo de la religión como referencia constante de una cultura popular puede llegar a ser tan conservadora como los referentes burgueses. Hay ahora mismo la intención de darle un reconocimiento estético a toda expresión popular, y es normal, pero ¿a tal punto que sea hegemónico? Las mujeres están completamente estereotipadas, la esposa enferma que interpela al marido arrancándose la ropa (sic), las jóvenes mestizas como atracción turística... un país partido, ciudadanas y doncellas, no sé... me hundía en mi asiento. Ahora, es terrible que las "barras". como las llaman aquí, sean el lugar donde los jóvenes se asocian,  estas pandillas son fascistas en potencia y fortalecen todos los valores antidemocráticos. Me imagino a todos mis sobrinos encontrándose con esos monstruos urbanos. La brutalidad del sistema está allí con toda su perversión, incluso, tráfico de órganos, en realidad es una película desoladora, gris como el cielo de Lima.

he estado caminando mucho, observando la cantidad de tiendas nuevas, de restaurantes, que aparecen en Lima. Hay un parpadeo, pero ese parpadeo es muy parecido al movimiento especulativo del dinero, Lima ahora, se parece cada vez más a Miami. Es un remedo de Estados Unidos y de su falsa promesa de bienestar. Lo que más veo son peluquerías e iglesias, adventistas, mormonas, etc...sobre todo adventistas. Ya las había visto en abundancia en Mexico, pero también en Venezuela. En las peluquerías, ponen en general a  una mujer  más de tipo blanco, hay  muebles imitación barroca, lavabos del mismo tipo que los que hay en Venezuela, en Barcelona, y algún día en París, te atienden igual, con los mismos protocolos: ¿té, manzanilla? Asiento con masajes....Las empleadas son de clases modestas, no son profesionales y deben ganar una miseria para que la patrona se enriquezca con la imagen falsa de lujo que no tanto un servicio profesional sino una micro empresa de explotación, deberían llamarlas así, sería más honesto.

Lo mismo con las empleadas domésticas convertidas en un estereotipo femenino, pronto explotado por alguna persona ingeniosa que vea ahí una fuente de ingreso.
¿por qué siento esa presión del estereotipo en Lim, mujeres rehechas o mujeres marginadas? Veo que muchas mujeres, podrían estar casadas con le televisor. Es el marido ausente y hablante... Hay una soledad ahí que me hiere. En realidad hace mucho tiempo que siento más esa soledad en mi, ese espacio atomizado de cada existencia.

He estado dos días en chaclacayo con el sol en mi ventana. Si viviese aquí, sería en Chaclacayo, creo...