jueves, 25 de diciembre de 2014

tocando tambores

Este mes de diciembre ha sido rico en eventos, en imágenes, en textos. Una de la simágenes que más me ha impactado es la de los jóvenes peruanoa manifestado en las calles de Lima. Entre la muchedumbre, un grupo tocando tambores y zampoña avanzaba decidido hacia adelante. Creo que me gustaría quedarme con esa imagen para todo el año, esos chicos y chicas que confían en la música, en el el movimiento, en el deseo. Escuhé también argumentos por los cuales protestaban con estra esta ley injusta que los entrega a una forma de esclavitud moderna (los jóvenes entre 18 y 24 años al margen de cualquier derecho laboral) y revela la precariedad del empleo y su consolidación como modelo. Lo decía una joiven que hablabla con una claridad solar,  estructurando argumentos, y dejando sin respuestas a sus interpeladores. Esta generaciòn nacida en los años noventa, ha vivido el final de Sendero que había secuestrado al lenguaje político llevándolo al paredón: si eras de ezquierdas tenías que estar con ellos y si no era traición, servilismo y revisionismo. Fue tan marcante su presencia en ese sentido que todavía hay resabios de esos años en mi generación, en su ma de hablar, etc... A cada regreso desde Venezuela el miedo a las palabras "revolución,  marxismo, justitica social" eran perseguidos involuntariamente, se marcaban, y a veecs terminanan en pelea abierta: como no se podía denunciar había que desarmarlo en el instante insusltado a la revolución bolivariana adornándola de "dictadura, dictablanda", comparándola con los años de Fujimori. Ahora no sé si estos jóvenes establezcan esa relación, los he oídos hablar poco y por ahora solo reclaman que se derrogue esa ley, peor que hay de los slogans: "soy cholo pero no barato", que es el que ha tenido más impacto? Ese es un giro de 180 grados en la realidad peruana, que un joven reocnozca sus orígenes indígenas sin verguenza. sin miedo a lo que son las orligarquías. La imagen del "cholo", mestizo, se ha revalorizado. Eso ha empezado por esl estómago, un estómago bien cuidado, y luego ha seguido la abominable "marca Perú" que es también una forma de etiquetar y de lanzar al mercado. Me pregunto si estos jóvenes se ven como mercancía (Marca Perú, sic) y se pelean porque piensan que "valen más", pero siempre como mercancías, o que esto significa un regreso a sí mismos para estar dentro de ellos. habitarse, y no dejar que se le cuelgue una etiqueta al pecho que parece más una banderilla.  Es pronto para saber. Yo me hago muchas ilusiones con esto, pienso que tal vez, incluso si el inicio sea endebele, puede convertirse en un terreno fértil para sembrar nuevas ideas y que el país se transforme poco a poco. Por eso me decidí a mandar un mensaje con la imagen de sus tambores, tocar el tambor de sue xistencia, como lo escribió Pasolini.


A punto de salir para Paris. Levantada muy temprana, impaciete de estar allá, caminar por las calles, recorrer lugares que ya conozco.

Regreso antes de fin de año. Un detalle importante. es la presencia de mujeres en esta marcha, en el discurso, como líderes y organizadoras... Ojalá esto madure... que los tambores sigan....

lunes, 8 de diciembre de 2014

No quiero ser una aculturada, notas para una novela diversa

Anoche vi un reportaje que me ha dejado pensando en muchas cosas. Muchas. Una de ellas es el análisis de mi propia situación, de mi trabajo de escritora y de qué puedo estar buscando. La relectura de algunos libros que he escrito, traducciones y revisiones obligadas, también me llevan a hacerme otras preguntas. Hay algunas intuiciones. Una de ellas es ese estar literalmente "atravesada" por varias culturas, la Occidental es una de ellas, la que llegó con los españoles y  que fue un choque de culturas que solo con el tiempo estamos viendo desde otras perspectivas. Pero, hay otra, del "cómo" estas Marcas del pasado han atravesado el tiempo y han llegado hasta el presente, de cómo me han dividido (tengo que ir rápido para que no se me vaya la idea) y me han instalado en el desarraigo. Más allá de mi situación como mujer, que es vivida como una expulsión de un paraíso, puede ser el de infancia, porque la entrada en el mundo adulto, significó tomar conciencia de mi cuerpo como mujer, es decir sexuado, está el cultural, mi herencia andina que nunca ha sabido dónde colocar. Me explico, creo que muchos de mis libros, si no son todos, salen de ese choque, de estar constantemente confrontando esas miradas para intentar instalar una coherencia, un nexo, para salir de ese encierro que no posee mirada que lo valore, de ahí que sin querer mi manera de mirar el mundo se acerque de esa cultura, la olvidada, la sometida.
Salvo José María Arguedas, un novelista que también era etnólogo ( y siempre me veo como cerca de todas esas formas de acercarse a la historia), ningún otro escritor ha hecho, con la pasión que él lo hizo, el vinculo entre el Perú de la mal llamada Modernidad, y el Perú mal llamado Arcaico (para usar el título de Vargas Llosa, La utopía arcaica que quiero releer), es decir, cómo se produce ese paso, y por qué la violencia. O es que no ha habido paso, y esta comunidad andina en las altas montañas del Cusco, es la reafirmación de que el Perú sigue siendo el país de Los ríos profundos. Me impresiono mucho ver "mi país" como otro país, estar viéndolo con Olivier y ver esa realidad como alejada, aunque conozca algunos elementos, la manera de dormir (sobre pieles de carnero y cuyes bajo lo que es una cama de piedra, recuerdo haber visto eso a mi llegada a la chacra de Coracora y haber sido sacudida por la impresión), los platos que se preparan la austeridad, los gestos del rostro. No quiero, y eso me da mucho miedo, caer en la mirada maternalista que ve las cosas desde fuera y que quiere su mundo puro, indígena, como refugio para huir de un presente, no, quiero comprender cómo vivimos tan fragmentadoAs, cómo podemos tener ese país, con una civilización tan rica, tan diversa y vivir encerradas en la ciudad de Lima, sin contacto con toda esa riqueza. No es tampoco pensar, lo que sería absurdo, que esas culturas puedan mantenerse en estado autárquico, sería muy reaccionario, es más bien que mi mirada ha cambiado desde que he vivido en Veneuzela. El valor que le doy a todo eso, el cambio de perspectiva (recomiendo leer el diario de Paul Gauguin, quizás ahí haya elementos comunes, y sobre todo a José Carlos Mariátegui a los europeos) . No sé qué operación interior se ha producido que me ha llevado a comprender que busco otra manera de vida, una que me deje recorrer estados, movimientos, intuiciones, hasta ahora desconocidas, No soy clara, porque no estoy clara para mí misma. Hay, en la cultura Occidental, en Francia, España, etc, un terremoto, hay crisis de representación, de paradigma de civilización, yo estoy en el centro de esa crisis con otro pasado, con otra carga simbólica. La crisis de civilización está ligada al goce (ya decía Espinoza que el valor supremo era el goce) a la alegría, a la joie. La cosa es que lecciones podemos sacar de poblaciones que viven con lo mínimo, a las cuales el capitalismo y su noción egoísta de acumulación de riqueza no ha dañado (se vive del trueque), no ha destruído la relación con el tiempo y la naturaleza. En todo caso Bolivia ha entendido mejor algo que el Peru no ha entendido, y que ha dejado en estado parasitario. en invernadero.
Siempre pienso en el libro X de San Agustín, dónde se pregunta ¿qué es el tiempo?
Siempre volveremos a esas preguntas fundamentales, aunque las respuestas no sean las mismas. ?qué es el tiempo para estos peruanos como yo? Pues es espacio, es naturaleza, es lentitud, es habla, compañía, tan simple, que claro, para alguien que quiere una vida contemplativa, hace fantasear...

Es extraño, ahora caigo que, una separación afectiva, me ha llevado a recorrer primero México, luego regresar a Lima interiormente para luego ir a Veneuzela, finalmente ese recorrido ha sido interior, por todas esos caminos cargados de sentido, de significados... es muy extraño, o es que simplemente somos ese manuscrito donde todo se inscribe.
insisto, el nexo, tal como lo han creado algunos escritores en Francia, pienso en Rimbaud y su relación con la Comuna, en Víctor Hugo y la República, o en Chateaubriand (pienso: por qué su libro se llama Memorias de ultratumba, por qué se entierra en vida?),  Madame de Stael y Flora Tristán, Marcel Proust y el Affaire Dreyfus, no han dejado de crear esos nexos, esos lugares de paso (vasos comunicantes) en la memoria, nosotros, con Mariátegui, Vallejo, y Arguedas, hemos tratado de pasar por ahí, es decir, reconocer ese mundo andino, intenso como nuestro, traducirlo. Todo es traducción. Pero ese mundo, como todavía hay otros (los ashaninkas en nuestra selva, los yanomamis, en el Orinoco) existen. Tienen rostro. Yo quisiera cambiar la mirada, que no sean Levi-Strauss o los neo-darwinistas, ser yo la que se recorre en ellos. Lanzarme a atravesar de nuevo esos ríos, qué ganas!

La literatura de ahora, y la novela, representa mejor ese mundo que pasó de forma acelerada al capitalismo acumulativo, especulativo y voraz que existe ahora en casi todas las ciudades del Perú. Es el mundo "chicha", mezcla de lo andino y de lo criollo (del muerdo semifeudal , el gamonal, el cacique,  y el mundo del capital ilimitado que alimenta la imaginación del nuevo empresario) que una elite diseca en bares de moda, a lo andino, o comida, a lo andino, pero sin poner en ningún momento en duda las categorías de superior, inferior, blanco-mestizo, todo me parece tan estereotipado... Es decir, todo lo que tiene color local es visto por los propios peruanoAs como exótico, como extranjero. La mirada exótica no es la mirada de la proximidad ni del encuentro, es la mirada alejada o la ausencia de mirada. Es así como somos vistas también las Mujeres, y de ahí que podríamos entender mejor lo que sucede. Y no, no garantiza nada hay que estar en condiciones de ver... la atención es importante.
Aquí, en Francia. no me sorprendo cuando escucho hablar de crisis de paradigma, ojo, no es solo crisis de sistema (del capitalista como depredación y destrucción del planeta), la depresión de Europa es crisis de modelo de civilización. Se oye hablar todavía de Modernidad y la nueva izquierda,  que parece de derechas, no pone en duda la idea de Modernidad domo progreso  ilimitado que no abandona la visión judeocristiana neo hegeliana de realización en la historia, una forma de absoluto de hecho. La pregunta que mucha gente se hace, es cómo sostener ese modelo y de dónde sacar materia para satisfacer un modo de vida sin contornos, es el deseo en sus estado más absoluto, sin límites, el marqués de Sade y su exceso, su casi nihilismo. Me digo, si destruimos todo, no seremos nada, pero queremos esa nada, es decir, fundirnos, desaparecer en ella.... buena pregunta...

claro, que es obvio que toda mi cultura está occidentalizada, lo que me gusta es que la experiencia me haya puesto en duda y que me ayude a pensar en contra de lo adquirido. Este paso es importante. es como un nuevo viaje. Viaje interior. Hay algo que se está trazando pero todavía no sé lo que es. Lo que más me acosa es la pregunta de si sería capaz de escribir sobre mi propio país, sin una mirra alejada, de si, como cientos de peruanos y peruanas formadas en el extranjero, no he pasado a engrosar las filas de las elites alienadas hasta las orejas con la misma doxa de hace siglos, si vamos a tener que esperar que alguien recorra la experiencia por nosotroas Y no es arrogancia, es deseo de existir, deseo vital.  Hay algo que tiene que ver con la muerte y es esa dejadez, esa abandono de la propia existencia en manos de los demás, que aparecía, ayer, en este reportaje banal del canal France 2, tan ausente en esta comunidad andina (de la que no se dio el nombre) porque no se sabía cómo nombrarla, existía y había que dejarla existir, abandonarla, pero no integrarla a la coherencia del pensamiento Occidenteal porque no la tiene, es su ruptura, su espacio en blanco.

¿habrá que escribir o quedarse callada? Esa es la pregunta. Lo que sí sé es que no quiero ser parasitaria,  una aculturada, que mi estar desmontando y remontando un pasado cercano desde un ahora alejado, me ha llevado a reconocer esas marcas del pasado, que están en forma de cicatrices, en el idioma, en el sentido mismo de mi castellano y que ahora pueden trasladarse al francés, y que no sé, poseen una sintaxis que probablemente venga del quechua, de las experiencias de infancia en ese mundo tan reprimido por  la Modernidad llegada desde fuera como moneda de intercambio, el mundo que mi abuela paterna despreciaba por ser indígena, que yo también aprendí a ignorar o a despreciar, y que luego, con los años, surge, me habla, me interroga como mujer en la historia, como peruana y ausencia de historia. Es lo más importante.

miércoles, 19 de noviembre de 2014

Los papás pollos



Desde hace días he querido escribir sobre este tema, los nuevos "padres pollos", análogos a las mamá pollas,  eterna representación de la madre inmanente, todopoderosa y protectora. En realidad el nombre evoca el calor del vientre. Ser mamá o papá pollo es dar calor a los pollitos y pollitas, encubarlos, ponerlos bajo el ala. Solo las madres pelícanos lanzan a sus hijos fuera del nido para que aprendan a volar. Muchos pelícanos bebés mueren en pleno vuelo.
Ahora, ¿cuál sería el problema que los hombres hagan los mismo que las mujeres? En principio ninguno, solo que sucede que esta es una reproducción del sistema patriarcal en que el hombre se sustituye a la mujer, entra en competencia con ella y termina reemplazándola. Tiene que ver con la competencia que enseña el sistema capitalista, mientras más domino, mientras más poder tengo sobre los demás y mi entorno, más autosuficiente soy. Es la impresión que dan las redes sociales, puedo ser dueño, dueña del mundo desde mi computadora o mi tableta, o ser protagonista de mi propia historia, a la carta. Si no me gusta, la borro. Por supuesto que es importante que los hombres compartan con las mujeres la crianza de los hijos, que puedan hacer cualquier trabajo doméstico, que tengan derecho a licencias para ocuparse de sus hijos, pero por qué no ser más creativos, se trata de reproducir los roles femeninos ancestrales o de cambiarlos? A veces suena a despojar a la mujer de lo único que le queda, la transmisión de ciertos valores, y no se piense que las mujeres no son transmisores de valores patriarcales, lo son, pero pueden ser también innovadoras. Tal como va la sociedad, las mujeres se repliegan más, están más confinadas y solas. Ahora, un hombre que es padre y madre, que es todo y todas, puede ser percibido como lo que seguro no es: una lucha por el poder en el fuero familiar. Se entiende, la totalidad del poder. Con el proyecto de mujeres portadoras, tal vez lleguemos a ver hombres que alquilen vientres para reproducirse, el problema no es moralina, el problema es el sistema neo liberal que va a explotar y convertir en mercancía barata al cuerpo celas mujeres. De ahí que no me convenzan los argumentos en pro de los vientres de alquiler... es la palabra que distorsiona todo, alquiler, dinero, y como consecuencia, consumo.

voy a seguir con este tema, pero ahora, una vez más, necesito tiempo para pensar más...

hasta muy pronto, espero...

sábado, 1 de noviembre de 2014

pasa el tiempo y no se puede escribir

Pasa el tiempo veloz y no puedo sentarme a escribir y procesar todo lo que estoy viviendo en Francia. El Facebook absorbe mucha energía, es inmediato y sintético. La gente lo lee y comenta, mientras que este espacio es lento, silencioso, y solitario.
Tal vez sea una de las razones por las cuales se puede alimentar menos: las mujeres necesitamos participar de la vida, de la vida pública, social, de los movimientos ciudadanos para lo cual los medios no abundan. Ya he hablado muchas veces de esa marginalidad asumida como "natural", una fatalidad que toda mujer vive sin protestar.
Ayer leía artículos de opinión sobre la negativa de parte del partido socialista en Francia abrirle la puerta del Panteón a Olympia de Gouges, una de las primeras mujeres revolucionarias, quien redactó la Carta de los derechos de la mujer, en complemento a la Carta de los derechos del ciudadano. Sucede que la Revolución francesa no incluyó a las mujeres aunque haya sido utilizada simbólicamente (la Marianne), ha tenido que pasar mucho tiempo para que una mujer sea una ciudadana completa, con derecho al voto y a la independencia de la patria potestá del marido. Sí, hasta nuestra época contemporánea, la mujer era considerada como una menor de edad por la sociedad francesa, sigue siendo una ciudadana a medias, se duda de su palabra, de su discurso, si lo tiene, de lo que piensa y dice, en suma, la batalla por obtener derechos plenos, no está ganada.

No sé cuántas veces escucho decir, cuando voy a una tienda y pregunto por un artículo, o cuando leo algo en el periódico, la manera "femenina" como se trata el mundo. Nadie diría eso es más masculino, nadie se atreve a definir al masculinidad si no son los propios hombres, pero, la feminidad la define todo el mundo, desde la vendedora de zapatos, hasta la de ropa interior... Estamos, seguimos, confinadas a nuestros cuerpos, las mujeres mismas son las emisarias, las que mantienen la vigilancia sobre nuestra manera de actuar... (sic).

vi un video de una entrevista a un filósofo francés de perfil bajo, Medhi Bejhan Kacem, sobre a libido de las mujeres. El dice, sin miedo hacer el ridículo porque tiene razón, que es alucinante que sean los hombres, dede Freud, salvo Mélanie Kelin y Lou Andréa Salomé, que nadie conoce, que hayan sido hombres los que han tratado la libido femenina desde un idioma falogocentrista, es decir, el logos está esmaltado de patriarcado en sus representaciones más banales sin que las mujeres hayan participado en nada, o casi en nada. La retórica es enteramente masculina. Hemos sido obedientes y seguimos sin rostro.

martes, 7 de octubre de 2014

Dos visiones sobre el libro de Trierweiler publicada en Babelia, El país, 29/9/

¿Son lícitas las memorias de Valérie Trierweiler?

El dilema: ¿fenómeno literario o simple venganza?

Valérie Trierweiler, en pasado enero en un viaje a India. / FRANCE PRESS

Reclamar el espacio

Por Patricia Souza

Valérie Trierweiler ha sacudido la reentré literaria en Francia y saca un libro donde revela todo sobre su relación con el presidente francés: el triángulo amoroso, frases lapidarias de Hollande sobre los franceses, escándalo. Hasta ahí tiene los ingredientes de un libelo, de un arreglo de cuentas para curar un abandono. Varias librerías deciden no venderlo. Mensaje: la literatura es un hecho separado del mundo real, no transitivo a la esfera pública. Trierweiler fue inmediatamente encerrada en el círculo inmanente de la loca histérica y celosa que escribe por dinero. Pocas personas han salido en su defensa y los literarios han sentido que el tema no les concernía. Argumentos: división entre vida pública y privada, derecho al secreto. Pero estas dos reglas corresponden a una división que viene del siglo XVIII y divide el trabajo en dos conceptos distintos en función del género: las mujeres tienen reservado el espacio íntimo, lo doméstico, y los hombres el público o el ejercicio de una ciudadanía plena. La gente se lanzó a comprar el libro, no solo por chismosa, sino porque les hablaba de sus propias vidas, de una mujer de extracto social bajo que es repudiada. Es la fuerza de la literatura popular contra su versión burguesa (no hay perlas sino lágrimas, no hay marcas sino desarraigo). Es el hecho pequeño, banal y cotidiano, llevado al espacio público, es el derecho al discurso negado a las mujeres en sociedad. Quizás este hecho histórico signifique que el ejercicio del discurso en lo público es también otra forma de hacer de la literatura un fenómeno vivo y social, en suma un hecho también político. Cuanto más lejos esté la literatura de las experiencias concretas, más fría será la mirada exterior. En este caso, la realidad se impone a la ficción con un libro que decide hablar, con todos sus excesos y pequeñeces, desde el espacio de la emoción, desde la no teatralización de la verdad.

Dañina y mediocre

Por Ana Palacio

Merci pour ce moment, de Valérie Trierweiler, es un libro de alcoba y mensajes de texto de teléfono, en el que las largas disquisiciones de la autora sobre su vocación de ayuda a niños y pobres no consiguen prender la atención del lector. Y lo mismo cabe decir de los excursos sobre François Hollande que trascienden su relación amorosa; los comentarios sobre el político o el amigo de sus amigos resultan artificiosos y se despegan del relato. Estamos, así, ante un vodevil que, pese a su liviandad y sin ni siquiera pretenderlo, atañe a los fundamentos mismos de la République.
Los medios franceses anunciaron a bombo y platillo que conoceríamos detalles escabrosos del presidente que cuestionarían su aptitud para gobernar Francia. La realidad, sin embargo, es bien otra: Valérie Trierweiler no descubre nada de interés. El hilván del libro son sus celos. Celos que confluyen en despecho, que culmina en el rechazo a un Hollande que le suplica volver en 29 mensajes telefónicos de texto enviados en un solo día. No estamos, así, ante el Otelo del siglo XXI.
Y no, Hollande no esconde un Mr. Hyde. Resulta ser un hombre como tantos, un hombre corriente parapetado en lo sentimental tras medias verdades, que simultánea dos relaciones, a quien le cuesta romper. Pero, si bien la mediocre venganza de Trierweiler va dirigida a la pareja, a quien alcanza es al presidente de una República francesa en cuyo ADN figuran las formas, las convenciones, la liturgia, la bienséance en fin. Cultura política esta que cristaliza en las unánimes y encendidas críticas —desde el aliado Manuel Valls hasta la némesis Marine LePen— porque esta desnudez íntima del rey carece de interés para los ciudadanos y es dañina para la institución.

lunes, 29 de septiembre de 2014

vínculos

caigo en la cuenta, tarde, que lo que falla entre las mujeres son los vínculos que podrían ser el soporte para pensar, coordinar y reaccionar. No hay lucha individual que funcione. Y, por más que sienta que mis libros trazan un camino, es tan solitario, que a veces siento frío!

La imagen que más me acosa sobre las mujeres, es la de su soledad y su desconcierto en medido de este caos que se vive ahora. El capitalismo ha adormecido su capacidad de acción, nos ha intimidado con la amenaza de que una reacción será castigada. Los vínculos, los artículos que podrían ayudarnos a pensar, no se ven, o si se ven no son de forma masiva sino sesgada, casi oculta. Pensar que hay que hacer algo para que esto cambie no es vanidad, y menos, una forma de hacerse conocida, o una forma de publicidad enmascarada (es la peor tribuna la del feminismo, la más despreciada, la más conflictiva) es en realidad una deuda, deuda como mujer, como una historia sexuada a partir y desde ahí, y una deuda con el lenguaje, que no puede volverse totalmente esquizofrénico y desligado de la realidad... el lenguaje puede nombrar y puede liberar, de ahí mi inquietud.

cuelgo un link sobre la celebrada participación de Emma Watson en la ONU, parecía un cuento de hadas, pero, detrás de eso hay otro análisis que es importante tener en cuenta.
Miren este texto. las pocas personas que leen miren con atención:

http://www.portaloaca.com/articulos/antipatriarcado/9437-emma-watson-el-angelical-rostro-del-patriarcado-internacional-al-servicio-del-capitalismo.html

martes, 9 de septiembre de 2014

abajo las máscaras

Lo más sorprendente del reciente libro de Valérie Trierwieler, Gracias por este instante, es su impacto. Hay muchos razones para que esto sea así, primero, es la ex-compañera de Francois Hollande, presidente de Francia, segundo, este libro se publica luego de una separación complicada, en medio de una crisis moral, económica, política de las clases gobernantes, y de una desencanto general de la población que esperaba otra cosa de un presidente de "izquierda".
Esta palabra cada vez suena más fofa, las ideas suenan disociadas de las acciones, y es ahí donde este libro ha tocado una herida, una experiencia que cada persona vive con cierta amargura: la relación con la mentira, las palabras que no quieren decir nada, no significan, no comprometen a las personas. El lenguaje empleado de esta manera se deshumaniza, deshumaniza y hunde a todo el mundo en la depresión. Si no podemos creer en lo que nos dicen, ¿qué nos queda, el cinismo, la oscuridad de la dimisión?

Un filósofo francés decía que el sentimiento más común entre la población francesa era la invisibilidad, la soledad y el desarraigo. No creo que les sea exclusivo, aunque tal vez el sueño de un país rico, con un gobierno de valores supuestamente colectivos prometía mucho más, y prometía mucho más también a las mujeres. Valérie Trierwieler revela un problema de sociedad profundo que concierne a todas las mujeres en el mundo: la del maltrato sistemático  de las mujeres, maltrato sicológico a través del desprecio, en realidad es también  de toda una población, de un llamado género, femenino, para usar esta palabra que significa MUJER. ¿Qué significa para los hombres políticos? Aparentemente no más que "los desdentados",  a los que según ella hace alusión cuando Francois Hollande se refiere a los pobres (sic). Incluso esto podría ser inocuo en una persona que no ha manifestado sensibilidad sino más bien una inteligencia astuta, miedosa, estratégica. Tal vez ese sea el problema más grave en Francia, la reproducción en serie de modelos masculinos torpes, depredadores que se enfrentan a la misma representación milenaria de la mujer: un medio, un objeto, no una persona. Más allá del interés morboso que ha despertado el libro, lo que se refleja  en el libro parece ser la vulnerabilidad de una mujer arrojada a la muchedumbre, expuesta, humillada, repudiada.

Lo más alucinante es que muchas librerías se nieguen a venderlo (re sic), que tantas mujeres salgan vestidas de geishas a defender a su "hombre de estado". Pasó lo mismo con Dominique Strauss-Kahn cuando se le acusó de violación. Incluso Julia Kristeva saltó a ala tarima para decir que "había que comprender las necesidades físicas de un hombre"!.... Ahora Segolene Royal, ex candidata y ex-esposa, Ministra del medio ambiente, sale en su defensa, es el padre de su hijo, pero, cero alteridad con su la ex compañera de Hollande. Se cierran filas, las mujeres protegen el patriarcado y minimizan los hechos. No es que que haya que perseguir al Francois Hollande, es el juego con la mentira que desengaña a tanta gente, el "parecer" que no tiene nada que ver con "ser.L o que se esconde (aquñi se usa la palabra "omerta") detrás del traje de "ahorcado" (porque quién sabe hasta qué punto también s prisionero de sus prejuicios), la corbata, el protocolo, farsa, comedia, farsa, grita la gente, como en la época de los reyes. No hay gobierno de izquierda más burgués y rígido que el que hay ahora en Francia (o no sé tal vez siempre ha sido así solo que ahora mi conciencia es más lúcida), y, definitivamente eso no va con los tiempos, menos, con las reivindicaciones urgentes de tantas mujeres. No se pueden vivir siglos enteros manteniendo las mismas representaciones humillantes que se mantienen y se protegen en el mundo entero sobre lo que significa "ser mujer", feminidad, etc...
los de la ciudadana, los de la persona entera, están vedados y el libro de Trierwieler es solo una gota fría que cae en medio de aceite hirviendo. Eso.

sábado, 30 de agosto de 2014

este siglo nos toca a las mujeres

he venido pensando en etsa idea, de que con todas las tragedias que suceden en el mundo, no solo deben actuar los hombres, que detentan el poder político, sino también nosotras, las mujeres. No podemos erguir actuando como "minoría" son serlo. Nuestros intereses familiares, individuales, de clase, no pueden estar por encima del interés colectivo, no podemos dejar de interesarnos por la situación de millones de mujeres en el mundo. Dejemos de creernos el cuento del príncipe azul, ni ángeles ni demonios, seres de carne hueso, hombres, personas. La pregunta que debemos hacernos es si nuestro género no nos marca y nos impide ser Personas.

percibo con más nitidez la soledad de las mujeres, las siento más encerradas, más inmanentes, porque de veras lo están. Están solas porque casi todas no tienen futuro solas, solo acompañadas. En este mundo de conflictos armados, tal vez porque los hombre encuentran una compensación a su falta de poder sobre la vida ( y no es androfobia, ojo) compensan esto apoderándose de la vida de las personas en medio del conflicto de la guerra, deciden sobre vidas. Son hombres los que nos "gobiernan" y crean leyes, etc...

dejemos hablar a nuestro tiempo, y sin un cambio tiene que producirse en las sociedades en que nos ha tocado vivir, no será sin las mujeres, esta mayoría tratada como minoría, estas personas castradas, marcadas a fuego por el género y el sexo. Estoy segura.

domingo, 24 de agosto de 2014

El espacio público y las mujeres

La noticia la leí en el diario Le monde,  el viernes. "Las mujeres hacen un uso restringido del espacio público". "75% de los presupuestos sirven para financiar el esparcimiento de los hombres". Estamos hablando de Francia, de una sociedad que no tiene mucho de equitativa pero donde no debería ser una realidad tan flagrante, ¿cómo así? Dominación masculina simple. Hace unos meses le comentaba a un amigo sobre el tema de la ciudad como espacio sexuado (hablábamos de Lima que es super violenta y que según recuerdo tiene una cartografía muy clara de lugares intransitables), lugares prohibidos, lugares peligrosos. La mayoría de las ciudades, pensemos en París o en Madrid, Lima, México d.F, están hechas para que las mujeres se queden poco tiempo fuera y para que no anden solas por las calles. "La sociedad de control" permite que los hombres se instalen en el espacio público sin problemas, los hombres no temen agresiones, las mujeres sí. Todo esto tiene que ver con el cuerpo y la manera como nos movemos. En una sociedad donde la segregación es social y racial, ser extranjera y pobre.... Y mujer, hace que una persona se sienta aun más vulnerable. El dinero protege porque significa poder. Yo recuerdo mi primer aterrizaje en Francia, la violencia que ejercía en mí el espacio público lleno de rejas, de marcas en el suelo, de sirenas, semáforos, etc... hay una semiótica que advierte: peligro. Y no se trata de paranoia. También he leído un artículo sobre los No lugares en El país (creo que lo colgó Elvira Navarro), frase de Marc Augé que analiza estos espacios sin nombre, donde pierdes la identidad como persona y te haces invisible, los lugares que disuelven el deseo. Ya Henri Lefevbre, que era de esta región, Bernés, lo había dicho, las ciudades en Francia se han construido con una mentalidad práctica, con cortes muy claros entre espacio público y privado. ¿Qué resulta? Ciudades rígidas, y la creatividad es desplazada. Espero que entendamos de una vez por todas que la modernidad ha sacrificado varias cosas: la naturaleza y la imaginación!! Pero, no es solo eso, acabo de terminar un libro de Pierre Rabhi, el panorama es crítico... hay una catástrofe ecológica, humana y sanitaria (pensemos en el Africa) en proceso....

No soy la única que lo dice, ya somos muchoAs...

este tema  de las ciudades lo seguiré explorando... el desarraigo de las calles es ese desarraigo, no es como Patrick Modiano (como mencioné en otro post) que no pasa por una calle porque es fea o oscura, es que esas calles además de ser feas son solitarias y nos gritan, nos hunden en la vulnerabilidad de género.

regreso... faltan imágenes, pero, en muletas, no puedo cargar un Ipad...

domingo, 3 de agosto de 2014

¿Por qué las guerras?

Este es un fragmento sobre la razón de ser de las guerras que debería llevarnos a pensar en cuáles son las razones por las cuales, a pesar de todos los avances que hemos logrado en comunicación y educación, las guerras siguen siendo tan banales, atroces, pesadillas que no dejan soñar, cosas que hacen de la vida lo contrario de lo que es instalando el dolor y la muerte. Hasta ahora solo Virginia Woolf se ha atrevido a decirlo en un extenso libro que se llama Las tres guineas en el cual analiza una larga carta todas estas razones. Cito un fragmento que me parece absolutamente necesario: se trata de la primera obra que ha sido capaz de desmenuzar el logos masculino, la simbólica viril que construye la relación entre autoritarismo, cultura de privilegios/poder masculino (patriarcado) y la generación de la guerra y la única hasta hoy que lo ha hecho de manera tan global. Una obra que, anclándose en las condiciones de las mujeres de su época, la trasciende al ir demostrando paso a paso que, siendo la independencia material una base imprescindible y necesaria -objetivo para el cual dona dos de las tres guineas-, sin independencia simbólica la incorporación de las mujeres al mundo público (educación, trabajo y militancia) no evitará que, en unos años, se vuelva a formular la misma pregunta: 舠¿En su opinión, como podemos evitar la guerra?舡. 
Virginia Woolf marca todo su libro con la idea de la diferencia; empieza aclarándole a su interlocutor varón que hay una 舠dificultad de comunicación entre nosotros舡 que hace casi imposible responder a su pregunta. Disparar 舑le dice- ha sido un juguete y un deporte de los hombres en la caza y en la guerra, 舠para ustedes, en la lucha, hay cierta gloria, cierta necesidad, cierta satisfacción que nosotras jamás hemos sentido ni gozado; para ustedes la guerra es una profesión; una fuente de realización y diversión; y también es cauce de viriles cualidades sin las cuales los hombres quedarían menoscabados y que nos hace imposible comprender los impulsos que inducen a ir a la guerra舡; 舠舰 
Algún escritor dijo una vez que estaba convencido de que las guerras eran necesarias para fortalecer el poder viril de muchos hombres, es su viagra simbólico, ¿puede ser? No creo que las mujeres seamos menos violentas, muchas revoluciones han contado con la participación de mujeres tan crueles como los hombres, pero, en geopolítica, los hombres invierten una energía sorprendente en guerras y en hacerse de discursos que las justifiquen. No ha habido un solo Presidente, norteamericano sobre todo, que condene rotundamente las guerras como método disuasivo, que sea Libia, Ucrania, y ahora el abominable gobierno de Israel. Lo más terrible es que muchas personas vemos en el dolor una forma natural para que la vida se abra paso, de alguna manera lo justificamos en ciertas dosis, en ciertos momentos de la vida, y yo me pregunto si el dolor deliberadamente provocado por personas que ejercen el poder puede ser justificado desde el punto de vista moral. Lo que siento es que asisto a un tiempo en que hay una flacidez moral, una tonta maldad de creer que ese tipo de dolor, que es provocado y no natural, la pérdida de una persona querida, la enfermedad, es justificable. Nos hemos vuelto indiferentes,  y la indiferencia mata.

jueves, 24 de julio de 2014

La moda en París

Hace una semana que estoy en Paris. He caminado y caminado calles, pero todavía no encuentro "nada de mí, quiero decir nada que me sea "personal", paso de la vida secreta y sobria a la bulla y la exposición de París. Sí, tengo esa sensación de que si me voy a un café, a un parque, hay demasiada gente, demasiado ruido, que estás representando un rol, que inmediatamente te disecan con la mirada. Voila, eso es lo que siento y esto tiene que ver con la moda. Me explico, la moda ha diseñado una serie de estereotipos sobre las personas (hay que ver Henri Lefevbre para comprender mejor) y esto recae sobre todo en las mujeres, somos nosotras las que representamos mejor esos estereotipos, aunque también los hombres entran en este juego, los cortes "a medida" de una imagen social, de un rol social. Es increíble la cantidad de tiendas de ropa que hay en París y la cantidad de gente que compra y anda (no lo digo por crueldad) "disfrazada" porque los que llevan puesto no es espontáneo, no es natural, es actuado, preparado. Desde ese espacio que se llama "moda", se inventan a la mujer y cómo debe moverse, estar envuelta en público, recordemos que la vestimenta es la manera como las personas estamos en la calle, no podemos andar desnudas, obvio. Hay entonces una perfomance, una teatralización y una actuación, la mujer está constantemente encerrada por su género. No sé cuántas veces me han señalado un vestido, una falda, diciéndome "esto es más femenino" inspirándome mucha irritación. Yo quiero vestirme como me cante, como me sienta yo, como me sienta más cómoda, más libre. Me gustan las ropas y los objetos pero los elijo por su utilidad y porque me siento bien en ellos no porque estén de Moda. La Moda es el corsé de la libertad de actuar y pensar, es la alienación más inmediata. Me hacen falta un sinfín de cosas, pero nunca las tendré y no aspiro a eso, ¿o sí? Ojo, yo también me someto a esa alienación y le resisto, pero me cuesta. Y cómo! El otro día fui a las galerías Lafayette y terminé mareada. Había cola para Longchamp, resultado, no compré lo que necesitaba en rebajas porque no podía concentrarme...

el hábito no hace al monje, pero cómo entender esto en una sociedad que solo mira el exterior?
Nadie, salvo excepciones, se relaciona a través de la mirada franca, eso es raro, es casi planetario.
Creo que hay tantas cosas que distraen la vista, tantos parques temáticos, tanta propaganda, tanto objeto absurdo, que no podemos concentrarnos en lo esencial, lo que vivimos, lo que miramos.

volveré con mis notas desde París, extraño, mucho, mucho, Caracas. Pienso que es solo un paréntesis, una especie de vacaciones, que pronto regresaré y 4estoy segura de que sí.


martes, 15 de julio de 2014

Resulta casi imposible imaginarse el futuro en estas circunstancias, viaje, cambio de país, de idioma, de geografía. Pienso en cómo se trastoca la noción de espacio, de las grandes dimensiones a una compresión del paisaje que además está muy habitado, y sin embargo solitario. La vida organizada de Europa siempre me intimida. Pero pensaba además qué difícil va a ser para nosotras que el mundo sea una tierra más hospitalaria. Habrá que empezar por cambiar este modelo de vida material que nos han endilgado haciéndonos creer que íbamos a alcanzar la autonomía y la libertad. Una revolución epistémica es urgente. Tenemos que salir de esa trampa del sueño de la razón ortodoxa y buscar nuestras propias fuentes. Creo que mi mayor temor ese ese, que yo estoy en pleno proceso de reflexión, que, aunque los instrumentos me hayan sido dado por una cultura, la mía y la francesa en la universidad, tengo ganas de generar otras formas, otros contenidos. Creo que escribir como lo hago es el terreno más libre, pero también es mi límite. No quiero "producir" nada, quiero que suceda. Es demasiado complicado? ¿Como podemos vernos ahora las mujeres, con que instrumentos nos va,os a recorrer y analizar? Tengo miedo de entrar en la lógica administrativa, de finanzas, que domina el mundo occidental. Quiero sentirme libre, y Venezuzela me ha dado ese espacio que no pienso perder. El afuera en Francia es muy fuerte.
-No mirar tiendas, no juzgarse con la mirada de los demás, no dejarse "folclorisar" ni disecar por miradas, mantenerse pegada a su eje, son algunas de las prioridades. Eso exige una atención constante y la verdad, siempre quiero sentirme libre, porque la libertad es creación y la creación es la vida. La única que deseo.

domingo, 6 de julio de 2014

la legislación sobre le aborto en el Perú

Fue hace exactamente noventa años que se hizo una modificación en el código penal para que el aborto terapéutico exista cuando hay riesgo de muerte para la mujer. Faltaba el protocolo que ha sido aprobado hace unos pocos días. La verdad que es duro, duro, entender cómo nuestros derechos se aprueban por cuentagotas, en medio de una polémica. La sociedad peruana no se mueve, es como si el tiempo no pasar por ella, como si fuese completamente autista. Y lo es. No puedo entender cómo apenas hemos avanzado de unos milímetros, sin mayor movilización, casi como una concesión que por fin se hace y se cumple.
Yo creo que en las sociedad tan conservadoras como la peruana es fundamental mantener el control de la natalidad. Entre las teorías neodarwinistas que nos han dominado desde el siglo  XIX, "mejorar la raza" casándose o juntándose con una persona "banca", como si fuésemos ganado, hasta el intercambio social instrumentalizado por la burguesía: casarse con mujeres de la misma clase, cero mezcla social, hasta la idea de que si las mujeres tienen acceso al control de sus cuerpos, pueda ser un cataclismo para el orden neo-colonial que tiene muy bien controlado la iglesia católica y el Opus dei en nuestro país. El "bio poder", como lo llamaba Michel Foucault, (ver artículo publicado en La mula.pe) recae sobre las mujeres y sobre su forma de dejarse dominar sin chistar.

Como desde que estamos controlados por una ideología patriarcal y neoliberal, la conciencia de clase no existe, las mujeres son todavía menos conscientes de que tienen un cuerpo que interesa al poder y sobre todo, al Estado. No se puede permitir, y aquí también entran las teorías racistas, que ciertas poblaciones marginales se reproduzcan in extremis, que se descompones lo que se considera poblaciones deseables y no  deseables. Es sumamente cruel. Más allá de tetar de sensibilizar a las mujeres sobre su cuerpo y la responsabilidad que tienen sobre ellos, por ahora solo se hace lo mínimo. Y nosotras agradecemos ese mínimo moralia que no deja de ser ridículo si comparamos nuestra situación con otros países como Chile, Venezuela, Argentina.
Volveré sobre este tema.
Toca mudanza y a Francia, así que, con ilusión, y una pena enorme por separarme de Venezuela. hay que hacer cajas y más cajas.

miércoles, 25 de junio de 2014

¿Recordar, cómo sucede?


Tener que escribir no es algo sencillo, no. Escribir es asumir la responsabilidad de hacerlo, es como si una escritura (marcas), que están inscritas en alguna parte de nuestra memoria, desearan hacerse visibles, empujando por salir convertidas en un objeto, un libro. Estamos en un tiempo en que muchas cosas han cambiado para el común de las personas, las nociones de espacio y tiempo, el espacio geográfico es ahora mucho más subjetivo y tirano. Las redes sociales los han ampliado ad infinitum, el mundo parece vasto y pequeño. Yo creo que no estamos tomando en cuenta este aspecto, la disposición del texto (y de su duración al ser leído, el tiempo que se le pueda dedicar), es también una nueva medida de tiempo con la que cada persona acepta recorrerse : se ve recortada, impelida al diálogo corto, ausente, obligada a afirmarse en sus percepciones, no sé si más autónoma, pero sí más cerrada sobre sí misma. Más autocentrada. El poder adquisitivo se hace concreto en la capacidad de rodearse de todos estos dispositivos que crean redes virtuales extendiendo nuestra presencia invisible donde el cuerpo está ausente.
Si Stéphane Mallarmé pensó que la escritura llegaba a sus límites (el espacio en blanco como el abismo del texto), creo que ahora deberíamos plantearnos el problema de cómo es posible recordar y de si, la memoria, como la entendíamos hasta el siglo XIX, tiene aun sentido. Recordar no es tratar de recrear muchas veces, sino juntar dispositivos, imágenes y textos que nos vienen de fuera. Y tal vez nuestro esfuerzo sea cada vez más laxo, nuestra conciencia más ociosa. La escritura que casi siempre se ha mantenido en contacto con el insconsciente, con el mundo de los sueños,  está mucho más invadida por el mundo de afuera. Pienso por ejemplo cómo en este momento es casi imposible soñar (el antropólogo Marc Augé decía que en Europa la gente casi no sueña, es muy raro que alguien hable de sus sueños), es como si ese espacio, que Freud llamó insconciente se hubiera convertido en una conciencia colectiva inmediata en la que una persona, sus sentidos, no pueden alcanzan a poner un orden personal. Estamos habladoAs por otroAs más que por nuestroas propios sentidos y lenguajes. La presencia exterior es demasiado fuerte e intensa como para poder dejar que ese espacio interior, llenos de simbologías y de acomodamientos veloces con la realidad, pueda emerger. Es una tecnicidad la que funciona,  y luego, la perfomance, la actuación, más que el sentido íntimo de nuestras vidas. Hace unos días le decía a un amigo que para escribir es necesario dejar que ese espacio emerja, salir de la comunicación, de lo meramente social (el uso de la palabra que no es lo mismo que el lenguaje), para internarse en el mundo de los sueños, del desorden de los sueños y dejar la puerta abierta para  que los significantes signifiquen otras cosas. Creo que esto, ahora, es casi imposible. No hemos vivido nunca una época tan estandarizada y más alienada que la que vivimos. Y la lucha es feroz, violentísima,  contra esa marea formateada, aseptizada que entrena y somete a las conciencias. El trabajo es casi imposible, es una botella al mar que casi nadie va a recoger porque  no la ve o no tiene tiempo. Estamos encerradoas en nuestra propia imagen y no logramos salir de ella. !Nuestro pulmón es artificial!
Ahora, recordar, y tratar de recordar bien, es otra tarea. No sé cómo se puede hacer ese trabajo sin tomar en cuenta los vacíos de sentido que todo lenguaje posee, sus diferentes mutaciones, incluso, sus patologías. Es cierto que hemos vivido hasta ahora con una influencia "positivista" del lenguaje (al menos en América Latina domina esta idea), y que nos hemos hecho pocas preguntas sobre su capacidad de reflejar la realidad "tal y como es", es decir, sobre su alcance semántico. Esto nos viene desde la religión y la educación que sigue atrapada en las transacciones de poder y los monopolios en la educación y la información. ¿Qué tenemos que hacer nosotroas como escritoras en esto? Tal vez seamos las únicas personas en capacidad de desenmarañar esa larga cadena de servidumbres que crea nuestro lenguaje, empezando por nosotras, las mujeres. Por ejemplo es difícil imaginar la despersonalización que produce hablar un "cierto idioma", hablar el lenguaje de quien domina, reproducir los mismos valores. No tenemos en realidad lenguaje. En sociedades sometidas y fragmentadas el idioma divide, clasifica manteniendo las mismas divisiones sociales, los mismos estereotipos, se nutre de ellos y los convierte en capital simbólico. Es otra economía la del lenguaje, más perversa, más sutil. Todos estos "usos del lenguaje" están lejos de las necesidades y los sentimientos de aquelloAs que los hablan. Esta sensación se internaliza en el instante en que decidimos expresarnos por escrito, muchas veces es un freno para decidirse a escribir. ¿Puedo escribir como hablo? De hecho, al escribir, no podremos escribir como hablamos. La literatura vernacular reproduce el habla, la convierte en imagen de sí misma, casi la petrifica. En este aspecto no tengo las cosas claras, no me atrevería a decir qué es literario y qué no, pero sí a decir que la literatura se separa siempre de la realidad, que no devuelve nunca lo que toma si no que lo transforma y, muchas veces, lo deforma.
No recuerdo  la cantidad de veces que me he oído hablando con expresiones que me despersonalizan, que no son de mi ámbito afectivo y que me han representado claramente mi desarraigo. Para escribir, tengo que inscribir la vida. De alguna manera me asalta la misma ansiedad que a Simone de Beavoir, tengo que ir registrando lo que voy viendo, pero esa tarea es más cruel cuando se desconfía del código en el que se escribe. Al hablar nuestras preocupaciones son distintas que las que nos invanden cuando decidimos que vamos a escribir. Es ahí cuando empieza el infierno.
Y es ahí donde empieza la escritura para mí.
La deuda.
Creo que escribir se hace sumamente moral bajo esta sensación de deuda, de tener que decir algo, de buscar estar cerca de una verdad, de ser honesta. Aunque la realidad sea fragmentada, la necesidad de autenticidad crea un vínculo apasionado con el lector o la lectora, lo convierte en un valor absoluto, alguien a quien se le debe entregar todo.
La escritura es el primer síntoma de la separación del grupo, de la separación de la madre y la ruptura con la autoridad paterna. Si el lenguaje no refleja la realidad, se convierte en un problema, se hace sujeto. El problema más grave en nuestro tiempo es la representación, el "cómo" nos vamos a representar las cosas, la lucha contra las colonizaciones de conciencia para salir de los "sociolectos" (formas de hablar populares) y pasar al "idiolecto", forma de hablar particular. El estilo no es solo una cuestión de forma, es una posición política y moral.
Hablar el idioma de la dominación, de la mayoría, no significa hablar en el idioma de la mayoría, sino "de una forma de hablar de esa mayoría" que se impone en el mercado con su marca de prestigio y todo la perversidad de nuestra sociedad de consumo. La escritura es la lengua de las minorías, de la neurosis de la identidad como mujer, como sujeto, de su casi inexistencia.

Texto publicado en La mula.pe

jueves, 19 de junio de 2014

El nuevo feminismo vs capitalismo

quisiera analizar un poco los artículos que he venido colgando. Creo que es ahora, más que nunca, que el feminismo podría recuperarse, es ahora, en plena crisis capitalista, que podemos analizar cuáles son las razones de este retroceso social, cultural y político de las mujeres. El capitalismo absorbió el feminismo haciendo creer que la redistribución de riquezas iba a favorecer (como a los pobres y a todos los marginales)a las mujeres. Las mujeres, en su mayoría abocadas a las tareas domésticas, y contentas de su incipiente masa laboral, prefirieron confiar y pensar que su inserción en la historia estaba cantada. El problema es que el capitalismo, bajo los oropeles de la propaganda anticomunista (sic), hace creer que el bienestar está garantizado para todos y todas, sobre todo en este siglo XXI en el que se ha sintetizado la idea de bienestar ligada al consumo y la capacidad de consumo. Es la lógica básica del "deseo mimético", nos hacen desear lo que es bueno para una elite elegida que sabe qué es lo mejor para nosotras. Vean las revistas llamadas "femeninas", las telenovelas, las películas hollywoodenses, toda la educación que recibimos y el adoctrinamiento diario garantizado por mujeres y hombres. Eso sí que es un régimen!!

¿Basta con comprarse una casa, un carro, las cremas para la cara, pagarse algunas marcas para considerar que ese bienestar esta asegurado? ¿Qué sucede cuando las mujeres llegan a edad avanzada y son expulsadas completamente de la vida social y activa?  Cierto que a los hombres también les está garantizada esa expulsión, aunque los suyos sean todavía casos más aislados y
ellos pueden rebotar en otros ámbitos. Las mujeres son sepultadas  (no hago alusión a los espantosas violaciones que viven las mujeres en otras geografías) desde temprano y su muerte civil es más temprana.

Sucede que en el Perú se debate sobre la unión civil entre personas del mismo sexo. El tema es importante, es parte del debate social, y no hay sociedad actual donde no esté presente. Curiosamente, los sectores más reaccionarios liderados Marta Chávez, o Kenji Fujimori, están a favor. Sin embargo, el debate sobre el aborto, no toca la puerta de nadie, todo el mundo le voltea la cara porque aparentemente este debate no está en el aire, no es de urgencia porque las mujeres no son tomadas en cuenta y no representan ninguna fuerza social concreta, visible. No es que quien esté a favor de la unión civil sea más abiertoA, más sensible al drama humano de parejas homosexuales, es la repetición de un slogan, "está bien, corresponde", y eso es todo. Es otro producto lanzado al mercado con papel celofán, otra marca más. El aborto, porque exige remover las estructuras sociales, el rol de la madre, la planificación de la familia, es más delicado y por eso ese debate no se da. Es también porque el Perú cree que encontró la fórmula perfecta, creando más pobreza y más indiferencia, que no se dan ese tipo de debates. La bandera neoliberal flamea en todo lo alto, sobre montañas derruidas, barreadas, ríos contaminados, en Conga, y en toda la selva peruana. Es tan horrible como la imagen de un supermercado inmenso en medio de la barreada, del desierto mineral, humano y cada vez más, afectivo (la pobreza muchas veces endurece, fomenta nihilismo). No hay sociedad más conservadora y rancia que la peruana. Es una mónada, es el lugar más aislado de América latina, el más autista, el más desértico. Hay muchos síntomas de ese encierro que en algún momento deberá abrir la puerta, el aislamiento que vive como país y como sociedad. La crisis del capitalismo financiero, convertido en diáspora virtual que hace girar la manivela de la tómbola día a día a ver quiénes se quedan fuera, es visible ante los ojos de todo el mundo. El mundo entero se hace la pregunta, pero en el Perú, el debate está parado, deambula con síntomas de sonambulismo, no logra un discurso, es solo un balbuceo.
En medio de ese balbuceo, estamos nosotras, las mujeres.
Si no nos damos cuenta de que hay que replantearnos la totalidad de nuestra situación en el mundo, desde el inicio, si no  hacemos el esfuerzo mental, moral, de pensar este instante, en nuestro espacio geográfico que, junto con el idioma que hablamos, sus resonancias, nos hace pensar en un país, habrá pasado. De todas formas, no es tan grave, habrán otras mujeres que lo harán en nuestro lugar.

Foto, agencia EFE.

jueves, 12 de junio de 2014

Las mujeres en el centro de la crisis

Hace un buen tiempo que vengo insistiendo en este punto sin que haya mucha resonancia. Creo que en algún momento estaremos obligadas a razonar y a pensar en todo esto. Urge. Y falta el tiempo, por supuesto. 


Las mujeres están en el centro de una crisis increíble”
Publicado en Periódico Diagonal (https://www.diagonalperiodico.net)
“Las mujeres están en el centro de una crisis increíble”
Dom, 06/08/2014 - 07:28 -- pabloelorduy Nombre entrevistado: Silvia Federici
Definición entrevistado: Profesora y escritora Silvia Federici. Autora de 'Revolución en punto cero'
Foto portada:
Pie de foto portada: Silvia Federici
Autoría foto portada: Bárbara Boyero
Autoría entrevista: Irene G. Rubio, Kike Castro
Silvia Federici aterrizó en mayo en el Estado español para hacer una vertiginosa gira de presentación
de su último libro, Revolución en punto cero, en varias ciudades. Ahí debatió con un público
numeroso y entregado sobre algunas de las cuestiones que plantea en esta recopilación de artículos
editada por Traficantes de sueños: el trabajo doméstico y cómo lo ha abordado el feminismo, la crisis
de los cuidados o la importancia de los bienes comunes.
“El capitalismo es una crisis reproductiva permanente”, afirma Federici. Las dificultades que hoy en
día afrontamos para nuestra reproducción social (es decir, para poder cuidar y cuidarnos, para
acceder a la sanidad, a la salud… a una vida digna, en definitiva) no son algo pasajero sino que son
consustanciales al capitalismo, que se aprovecha del trabajo de cuidados no pagado de las mujeres.
El trabajo doméstico, además, “está modelado en función de necesidades que no son las nuestras,
sino las del mercado capitalista”. Por eso uno de los desafíos del feminismo hoy es repensar estas
tareas y organizarlas de forma cooperativa y en común.
Galería:
Vídeo: Entrevista a Silvia Federici
Texto explicativo vídeo: Entrevista a Silvia Federici por Irene G. Rubio de DIAGONAL.
Autoría vídeo: Kike Castro
Artículos relacionados: Federici y las brujas
Edición impresa:
Sección principal: Saberes
Sección Mediateca: Video
Temáticos: Economía
trabajo doméstico

Página 1 de 2“Las mujeres están en el centro de una crisis increíble”
Publicado en Periódico Diagonal (https://www.diagonalperiodico.net)
“Las mujeres están en el centro de una crisis increíble”
Dom, 06/08/2014 - 07:28 -- pabloelorduy Nombre entrevistado: Silvia Federici
Definición entrevistado: Profesora y escritora Silvia Federici. Autora de 'Revolución en punto cero'
Foto portada:
Pie de foto portada: Silvia Federici
Autoría foto portada: Bárbara Boyero
Autoría entrevista: Irene G. Rubio, Kike Castro
Silvia Federici aterrizó en mayo en el Estado español para hacer una vertiginosa gira de presentación
de su último libro, Revolución en punto cero, en varias ciudades. Ahí debatió con un público
numeroso y entregado sobre algunas de las cuestiones que plantea en esta recopilación de artículos
editada por Traficantes de sueños: el trabajo doméstico y cómo lo ha abordado el feminismo, la crisis
de los cuidados o la importancia de los bienes comunes.
“El capitalismo es una crisis reproductiva permanente”, afirma Federici. Las dificultades que hoy en
día afrontamos para nuestra reproducción social (es decir, para poder cuidar y cuidarnos, para
acceder a la sanidad, a la salud… a una vida digna, en definitiva) no son algo pasajero sino que son
consustanciales al capitalismo, que se aprovecha del trabajo de cuidados no pagado de las mujeres.
El trabajo doméstico, además, “está modelado en función de necesidades que no son las nuestras,
sino las del mercado capitalista”. Por eso uno de los desafíos del feminismo hoy es repensar estas
tareas y organizarlas de forma cooperativa y en común.
Galería:
Vídeo: Entrevista a Silvia Federici
Texto explicativo vídeo: Entrevista a Silvia Federici por Irene G. Rubio de DIAGONAL.
Autoría vídeo: Kike Castro
Artículos relacionados: Federici y las brujas
Edición impresa:
Sección principal: Saberes
Sección Mediateca: Video
Temáticos: Economía
trabajo doméstico
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¿Y si los hombres estuviesen en el lugar de las mujeres? Observen este video.

lunes, 26 de mayo de 2014

El miedo, el arma de Marine Le pen

Conozco bien Francia y vivo en contacto con ese idioma desde hace más de media vida. Primero, creo que hay que dudar un poco antes de decir que el Frente nacional, partido de extraña derecha, "sea el primer partido de Francia ". El nivel de abstencionismo ha sido de 56%, lo que reduce, cifras divididas, al 10% del electorado francés. Hay muchos temas que analizar en esta supuesta victoria del FN que ha ganado en casi todos los departamentos (salvo en dos) con  27% de los votos para elegir representantes en la Unión europea. Francia es un caso particular, es una democracia antigua, un país rico, con una clase media que ha conocido los años que se llaman "Las treinta gloriosas" en los cuales el poder adquisitivo y la calidad de vida de la mayoría de la población aumentó de forma considerable. Es decir, ha habido un "aburguesamiento" de la mayoría, pero ese enriquecimiento ha producido a mi modo de ver una "fuerza ociosa". ¿Qué quiero decir con esto?, que ha estandarizado sus paradigmas de bienestar , que ha desplazado el pacto colectivo por el pacto individual, que ha satanizado a los sindicatos, a loa movimientos sociales, feministas, etc. Es decir, todo lo que mantiene viva a una sociedad. Es el giro del socialismo francés a la social democracia que pacta con el neoliberalismo. Ante la crisis que amenaza a todo el planeta y que se siente más en Europa, en países como Francia es una  amenaza clara de desclasamiento y de pauperización encarnada por los grupos migratorios de gitanos y extranjeros en general provenientes del Africa del norte. La respuesta entonces no es idealista, es horriblemente pragmática y fría. No solo es miedo a esta amenaza que se lee en cada rostro del emigradoA que pasea por sus calles pidiendo dinero, o que vive de alocaciones sociales en el mejor de los casos, es también la invasión cultural: la del Islam. Francia está en un proceso de Restauración, se quiere blanca, católica y heterosexual, la idea de decadencia es la idea de que todo cambio que remueva formalmente las estructuras, es una amenaza. Esta es la "Europa del miedo", del voto del miedo y de la dominación de la técnica sobre el espíritu, del estancamiento de la imaginación y la ausencia de creatividad. "Nadie se atreve a pensar el mundo de otro manera" porque siente que si lo hace recibirá un castigo (es casi una superstición!). Aunque estos cambios de valores y paradigmas sean una urgencias se sigue pensando a través de clichés una parte de los medios de comunicación contribuyen a formar, el modelo pequeño-burgués de la vida material  que se yergue por encima de todo lo que significa "vida interior", cine, literatura, teatro,  etc...  Y es que ahí también, las cosas han cambiado. Nuestra "era global" hace que todos estos valores morales y estéticos que parecían fijos se muevan en varias direcciones haciendo el terreno menos firme y el futuro más desafiante.
Hay otro aspecto que no hay que olvidar, este aburguesamiento trajo consigo una apropiación de los "bienes culturales" como imagen de prestigio y como bienes de consumo. Por más que se diga que Francia protege la cultura, yo creo que la ha abandonado en manos del capital y la especulación, sobre todo la convertido en imagen de casta y de dominación social. Si con las reformas educativas se pensó que la inclusión social era un hecho, las clases altas se han apoderado de estos bienes culturales haciéndolos inaccesibles a las grandes mayorías. Es una ironía el hecho que la literatura se haya convertido finalmente en una distinción social, en un privilegio de una elite que alardea con ella como si se tratase de otro objeto más de consumo, la cantidad de personas que compra un Premio Goncourt sin jamás leer una página del libro es un clásico. Se adquiere el concepto, la imagen, pero el deseo está disociado. En Francia se lee menos, y  domina un pensamiento pragmático y técnico. No solo se lee menos, cosa que podría ser solo una consecuencia de la vida actual, se habla menos, y se comparte menos. La atomización es cada vez más radical, un ejemplo, en París, la ciudad más poblada, el 40% de sus habitantes viven soloAs. El gran complejo francés de que la tecnicidad es el futuro, la izquiera socialista no ha sabido plantearlo sino es  para emparejarse con la actualidad  más llana, la ha endiosado haciendo de este falso discurso científico una categoría de la existencia de todo francés promedio. El credo es la posesón individual donde el compartir ha quedado rezagado porque cada persona es tratada por que posee no por lo que es.
Otro vicio del capitalismo depredador que nadie se atreve a poner en duda es que  a las clases obreras y campesinas, clases populares como se les llama de forma delicada, se les han dado el peor rol. Desfigurados por la crisis, solo ven un futuro chato lleno de humillaciones. No hay cambio de paradigmas, cuestionamientos de valores de civilización pese a que es un país que produce una gran cantidad de artistas, filósofos, ecritor@s... Un sector de Francia actúa con arrogancia, es el caso de Marine Le pen que es "populista" (hay que distinguirla de los llamados "populismos en América Latina) porque no se enfrenta a las causas reales del problema, un modelo que debe transformarse, sino a los  chivos expiatorios, inventando , falsos usurpadores,  los más débiles,  los que están más a la mano: los extranjer@s.
El nacionalismo en este caso, no es un reconocimietno de una historia y un pasado, es despreciar al otroA y pensar que el mundo sigue siendo el mismo de antes de las grandes revoluciones en el pensamiento, que existen altas culturas y culturas bajas, se piensa contra la persona humana como un todo, una entidad completa, contra las mujeres, contra todo intento de saber vivir juntoAs  y tratar de inventar nuevos pactos sociales. Es la lógica del pragmático contra la del que sueña, la del lenguaje técnico, porque creo que todo está en el lenguaje, contra el poético, la de los medios de comunicación alienantes y alienados con el poder, contra el libre pensamiento. Es la lógica del miedo y de la dominación simbólica.
Algunos  medios de comunicación han facilitado el terreno para Marine Le Pen, desesperados por el rating y las ventas han logrado hacer pasar el mensaje de miedo que transmite  a través de un lenguaje ramplón, simplista, reductor. La suya es una Francia de latón, sin vuelo, provinciana y miedosa que ella activa en estos momentos, una Francia que no va por ejemplo  a "leer porque eso es de burgueses" y de la "gauche caviar"; que no va al teatro y que no mira al resto del mundo si no es con desdén lamentando la época de apogeo. Es el pesamiento neo-colonial que anima a tanta gente en el mundo. Los que son actores de esa dominación y los que aspiran a serlo apoyándose en  poblaciones más vulnerables.  

La militancia del FN, jóvenes menos de treinta años que votan por él, han perdido la confianza en sí mismoAs y en el futuro, viven como ancianos, de vuelta de todo, y no creen que puedan cambiar nada. Son solo pragmáticos, consumistas, individualistas, adictos a los medios, y tecnicistas. Marine le Pen saca con su canción narcoléptica lo peor de ellos y ellas. Si en España, que ha vivido con más fuerza la crisis (o Grecia que ha vivido la mano dura de la austeridad), la nuevas izquierdas logran tener un apoyo que no se esperaba tal vez sea porque  el vínculo social  no se ha roto del todo, y antes que nada, la sociedad sigue configurada por personas en carne y hueso, no por abstracciones y cifras. Ojalá sea así, solo conozco al partido de Podemos en España, que me parece vital y con ganas de cambiar las cosas. Los jóvenes de Podemos no tienen miedo a pensar el mundo de otra manera. La Francia administrativa, obsesionada con el éxito económico y en lucha por su identidad, confundida por el brillo fatuo, ha dado estos resultados.