jueves, 19 de junio de 2014

El nuevo feminismo vs capitalismo

quisiera analizar un poco los artículos que he venido colgando. Creo que es ahora, más que nunca, que el feminismo podría recuperarse, es ahora, en plena crisis capitalista, que podemos analizar cuáles son las razones de este retroceso social, cultural y político de las mujeres. El capitalismo absorbió el feminismo haciendo creer que la redistribución de riquezas iba a favorecer (como a los pobres y a todos los marginales)a las mujeres. Las mujeres, en su mayoría abocadas a las tareas domésticas, y contentas de su incipiente masa laboral, prefirieron confiar y pensar que su inserción en la historia estaba cantada. El problema es que el capitalismo, bajo los oropeles de la propaganda anticomunista (sic), hace creer que el bienestar está garantizado para todos y todas, sobre todo en este siglo XXI en el que se ha sintetizado la idea de bienestar ligada al consumo y la capacidad de consumo. Es la lógica básica del "deseo mimético", nos hacen desear lo que es bueno para una elite elegida que sabe qué es lo mejor para nosotras. Vean las revistas llamadas "femeninas", las telenovelas, las películas hollywoodenses, toda la educación que recibimos y el adoctrinamiento diario garantizado por mujeres y hombres. Eso sí que es un régimen!!

¿Basta con comprarse una casa, un carro, las cremas para la cara, pagarse algunas marcas para considerar que ese bienestar esta asegurado? ¿Qué sucede cuando las mujeres llegan a edad avanzada y son expulsadas completamente de la vida social y activa?  Cierto que a los hombres también les está garantizada esa expulsión, aunque los suyos sean todavía casos más aislados y
ellos pueden rebotar en otros ámbitos. Las mujeres son sepultadas  (no hago alusión a los espantosas violaciones que viven las mujeres en otras geografías) desde temprano y su muerte civil es más temprana.

Sucede que en el Perú se debate sobre la unión civil entre personas del mismo sexo. El tema es importante, es parte del debate social, y no hay sociedad actual donde no esté presente. Curiosamente, los sectores más reaccionarios liderados Marta Chávez, o Kenji Fujimori, están a favor. Sin embargo, el debate sobre el aborto, no toca la puerta de nadie, todo el mundo le voltea la cara porque aparentemente este debate no está en el aire, no es de urgencia porque las mujeres no son tomadas en cuenta y no representan ninguna fuerza social concreta, visible. No es que quien esté a favor de la unión civil sea más abiertoA, más sensible al drama humano de parejas homosexuales, es la repetición de un slogan, "está bien, corresponde", y eso es todo. Es otro producto lanzado al mercado con papel celofán, otra marca más. El aborto, porque exige remover las estructuras sociales, el rol de la madre, la planificación de la familia, es más delicado y por eso ese debate no se da. Es también porque el Perú cree que encontró la fórmula perfecta, creando más pobreza y más indiferencia, que no se dan ese tipo de debates. La bandera neoliberal flamea en todo lo alto, sobre montañas derruidas, barreadas, ríos contaminados, en Conga, y en toda la selva peruana. Es tan horrible como la imagen de un supermercado inmenso en medio de la barreada, del desierto mineral, humano y cada vez más, afectivo (la pobreza muchas veces endurece, fomenta nihilismo). No hay sociedad más conservadora y rancia que la peruana. Es una mónada, es el lugar más aislado de América latina, el más autista, el más desértico. Hay muchos síntomas de ese encierro que en algún momento deberá abrir la puerta, el aislamiento que vive como país y como sociedad. La crisis del capitalismo financiero, convertido en diáspora virtual que hace girar la manivela de la tómbola día a día a ver quiénes se quedan fuera, es visible ante los ojos de todo el mundo. El mundo entero se hace la pregunta, pero en el Perú, el debate está parado, deambula con síntomas de sonambulismo, no logra un discurso, es solo un balbuceo.
En medio de ese balbuceo, estamos nosotras, las mujeres.
Si no nos damos cuenta de que hay que replantearnos la totalidad de nuestra situación en el mundo, desde el inicio, si no  hacemos el esfuerzo mental, moral, de pensar este instante, en nuestro espacio geográfico que, junto con el idioma que hablamos, sus resonancias, nos hace pensar en un país, habrá pasado. De todas formas, no es tan grave, habrán otras mujeres que lo harán en nuestro lugar.

Foto, agencia EFE.

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